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OFRENDAS RITUALES EN CONTEXTO FUNERARIO CHIRIBAYA

Presentato dapprima ad Agosto 1997 in occasione del: Seminario sobre Archeologia de Ilo - Pontificia Universidad Catòlica del Perù con il titolo: "Las plantas en el mundo Chiribaya"

Poi presentato a Maggio 2003 in occasione del: XXV Convegno Internazionale di Americanistica - Perugia con il titolo: " Las plantas en las ofrendas funerarias Chiribaya" e pubblicato su "Quaderni di Thule" - pagg. 237/244.




OFRENDAS RITUALES EN CONTEXTO FUNERARIO CHIRIBAYA

Luigi Piacenza
Botánico
Centro Italiano Studi e Ricerche Archeologiche Precolombiane (CISRAP) Brescia


 

 

 

Las ofrendas de restos botánicos, materia de este ponencia, proceden de diversos contextos funerarios Chiribaya, encontrados durante las excavaciones arqueológicas que el Centro Mallqui, bajo la dirección de la Dr. SONIA GUILLÉN, y el auspicio de The Bioanthropoligy Foundation, ha realizado en el valle del río Osmore, ubicado en el Sur del Perú, Departamento de Moquegua.

El término “Chiribaya” fue propuesto en el 1956 por HUMBERTO GHERSI, arqueologo peruano, después de haber encontrado en la costa sur, cerca de Ilo, los primeros elementos culturales típico del nuevo grupo cultural. Chiribaya, considerada como entidad cultural típica, extendió su influencia desde el valle de Tambo hasta Arica en la costa norte chilena.

En este valle se desarrolla la cultura Chiribaya, desde el 900 d.C. hasta el 1300 d.C. del periodo Intermedio Tardío. Los vegetales estudiado representan, por lo general, ofrendas alimenticias al difunto. Se encuentran en los mismos contextos utensilios de origen vegetal para la agricultura, la pesca y actividades domésticas. El ofrecer alimentos a los difuntos es costumbre común en los grupos étnicos andino. Los Pacajes “enterraban al difunto con los mejores vestidos y ofrecían mucha comida y azúa (chicha)” (MERCADO de PEÑALOSA,1871 II:61). Otras fuentes etnohistórica remarcan que “el difunto lo sepultaban poniendo junto a él mucha comida y bebida” (Cobo 1891 Lib. XIV: T.IV:236). Los Mapuches ponen al difunto: “... y vestido le meten una talega, le ponen en la mano maíz y frísoles y pepitas de zapallo y de todas las demás semillas que ellos tienen” (de Vivar 1988:235).

Los vegetales colocados en las tumbas como ofrendas están puestos en vasijas de cerámica, en recipientes vegetales manufacturados o naturales: canastas, cestos y mates. Otras veces se encuentran envueltos en textiles o en bolsas tejidas. En un recipiente se pueden encontrar varias especies botánicas: maíz y frijoles, tubérculos de yuca y camote, frutos de pacae y guayabas y otras más. En distintos cuencos es posible acertar que el contenido es una comida preparada, alimento listo para ser consumido y es posible aseverar, también, que los tubérculos fueron puestos en las vasijas cocidos o asados.



Antecedentes botánicos e históricos

 

En la arqueología de Ilo los estudios sistemáticos iniciales fueron realizados por el Programa Contisuyo. Los informes disponibles, incluso sobre los restos botánicos recuperados en los diversos proyectos arqueológicos del Programa Contisuyo, son escasos y limitados. Distintos investigadores, al describir la tipología de las ofrendas del ajuar funerario, nombran en sus informes los vegetales con su términos usuales y reportan que los hallazgos vegetales son restos de maíz, yuca, camote, frijoles y otros, en general sin más descripciones.

El único análisis sistemático y taxonómico de los restos vegetales publicado hasta hoy es el de John Dendy (1991), sobre el material botánico del sitio de Chiribaya Alta excavado bajo la dirección de la Dra. Jane Buikstra. El trabajo de Dendy, preparado como tesis de maestría, consiste en relacionar la tipología y la frecuencia de las ofrendas vegetales con el sexo, la edad y la filiación cultural de los individuos enterrados, con el objetivo de identificar de esta manera patrones de comportamiento según las categorías.

El presente estudio se inició en el 1994, en el marco de un programa de investigación interdisciplinario dirigido por la Dra. Sonia Guillén, incluyendo los materiales botánicos provenientes de los Proyectos arqueológicos desarrollados en San Geronimo, Chiribaya Baja y Yaral.



Objetivo de la investigación

 

Esta investigación se propone de identificar microscópicamente los restos botánicos, a partir de los hallazgos arqueológicos, presentes en el ámbito ecológico de la Cultura Chiribaya, ya sean cultivos locales, vegetación espontánea o intercambio de otras regiones.

El análisis de los especímenes incluyen un estudio taxonómico y cuantitativo, considerando una evaluación de la conservación de los materiales y un registro gráfico de su característica. Los datos se usan para discutir si existía intercambio o reciprocidad económica con otros sitios en las vertientes andinas de la zona para, en caso afirmativo, indagar sobre sus modalidades.

Se han analizado restos botánicos de tres sitios arqueológicos de la cultura Chiribaya ubicados en la cuenca inferior del Río Osmore:

  • 1. San Gerónimo, a orillas del mar en la desembocadura del río;
  • 2. Chiribaya Baja, en la ancha ladera del valle a unos 10 Km. de la costa;
  • 3. Yaral, ubicado a 50 Km. en el valle medio en una zona con extensas terrazas agrícolas.


Otra faceta de la investigación consiste en evaluar la calidad y cantidad de los productos agrícolas ofrendados, considerando la relación entre ellos para lograr una más amplia evaluación agronómica y etnobotánica de la zona.



Metodología

 

Los restos botánicos arqueológicos sobre los cuales se ha trabajado se encuentran almacenados en el depósito del Centro Mallqui de Investigaciones Bioarqueológicas de la Fundación de Bioantropología, distrito de Algarrobal, Ilo, aledaño al Museo de Sitio de este distrito.

En los laboratorios del Centro se han realizado los trabajos de investigación. Para el efecto se ha efectuado un análisis macroscópico de los restos botánicos, con apoyo de lupa (4x, 6x y 10x), a fin de observar restos minúsculos. Por lo general, los restos botánicos conservados se hallan divididos en bolsas plásticas con número de registro y cada una se considera un espécimen.

Las muestras botánicas han sido identificadas, medidas y pesadas; los datos se han incluido en un cuadro que registra, para cada espécimen, los datos arqueológicos de procedencia, tipología botánica y su posición sistemática, establecida en el manual taxonómico de Zander (1984).

Para la identificación botánica se han empleado varios manuales botánicos: desde el clásico MacBride (1936-1956) hasta recientes publicaciones (Mostacero, Mejía, 1993). Igualmente, se ha considerado útil la preparación de un herbario comparativo con muestras de la vegetación aledaña y de los diferentes pisos ecológicos del valle. El uso de este herbario, sumado a la experiencia adquirida en varios años de investigación arqueológica y botánica en el sitio de Cahuachi, ubicado en el valle del Río Nasca, ha facilitado la evaluación de los restos.

En total, se han analizado el contenido de 964 bolsa subdivididas de la siguiente manera: 410 procedentes de San Gerónimo, 349 de Chiribaya Baja, y 205 de El Yaral.

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