Archeobotanica - Civiltà Nazca



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OFRENDAS RITUALES EN CONTEXTO FUNERARIO CHIRIBAYA

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OFRENDAS RITUALES EN CONTEXTO FUNERARIO CHIRIBAYA

 

 

LOS SITIOS CONSIDERADOS

1) SAN GERONIMO

 

Las excavaciones en el sitio de San Gerónimo, realizadas por David Jessup en 1988, forman parte de un rescate arqueológico derivado de los trabajos de construcción de un canal de desagüe en la zona. Los estudios incluyen partes del área disturbada, relleno doméstico y tumbas. (Jessup. 1990).

l material proveniente de las excavaciones se encuentra, a menudo, fragmentado y mal conservado, lo cual ha dificultado la identificación y evaluación de los restos botánicos.

La variedad de especies nativas presentes entre los especímenes investigados pertenece a 13 familias y a 16 géneros botánicos. Las especies espontáneas pertenecen a la flora común de los valles áridos de la costa sur peruana donde, en los oasis fluviales, crecen la Typha, el Equisetum y las cañas de la Phragmites. De la zona desértica proceden las espinas de cactáceas usadas como agujas y peines para tejer. La presencia del alga marina Macrocystis confirma la cercanía del sitio arqueológico al mar.

Registro taxonómico de los vegetales hallados en S. Gerónimo


FAMILIA GENERO ESPECIE NOMBRE POPULAR
Lessoniaceae Macrocystis integrifolia
Equisetaceae Equisetum giganteum Cola de caballo
Cactaceae sp.
Leguminoseae Inga feuillei Pacae
Leguminoseae Pachyrrhizus sp. Jíquima
Leguminoseae Phaseolus vulgaris Frijol
Euphorbiaceae Manihot esculenta Yuca
Sapindaceae Sapindus saponaria Choloque-Boliche
Anacardiaceae Schinus molle Molle
Cucurbitaceae Cucúrbita sp. Zapallo
Cucurbitaceae Lagenaria siceraria Mate
Myrtaceae Psidium guajava Guayaba
Sapotaceae Pouteria lúcuma Lúcuma
Gramineae Phragmites australis Carrizo
Gramineae Zea mays Maíz
Typhaceae Typha sp. Totora
Cannaceae Canna edulis Achira


Es importante señalar la escasez de especies botánicas a pesar de la tipología del sitio y de los numerosos especímenes analizados. Las muestras pertenecen, en su gran mayoría, a vegetales cultivados. Todas estas especies resultaron identificables apenas efectuada la evaluación de la mitad de los especímenes por estudiar.

La jíquima, Pachyrrhizus sp.,

Bernabé Cobo la nombra como fruta (Libro IV, cap. XVII) y añade: “Comida cruda esta raíz sirve de fruta, y en tiempo de calor refresca mucho”.

En las bolsitas tomadas en consideración no se hallaron hojas de coca (Erythroxylum sp.), pero seguramente las había pues Jessup afirma que en S. Gerónimo “hay distintos fardos con bolsa de coca de hojas chicas” (Jessup 1990, 3:160).

En los estratos arqueológicos de “posible origen colonial” (Jessup 1990:158) se encontraron especies botánicas importadas de Europa como el olivo (Olea europaea), el durazno (Prunus pérsica), y la nuez (Junglans regia). Estos hallazgos da cuenta del persistente uso habitacional del sitio hasta el presente, pero, hallar en la misma bolsa y en el mismo nivel de procedencia arqueológica muestras de especies foráneas, junto con especies nativas, cuestiona la credibilidad si las especies nativas identificadas pertenecen a un periodo histórico precolombino.

Resalta, por ejemplo, el caso del Boliche o Choloque, (Sapindus saponaria ) planta común en la costa desde la antigüedad. Sus frutos, que contienen saponina, sirven para lavar ropa (Oviedo y Valdéz, (1851,T.1:338), desde tiempos remotos hasta el presente. Encontrar semillas en el mismo nivel, junto a semillas de aceituna, pone en duda su antigüedad, y asimismo porque se trata de las únicas muestras halladas.

2) CHIRIBAYA BAJA

Los restos botánicos del sitio Chiribaya Baja, proceden en su mayoría de contextos funerarios. Esto caracteriza fuertemente la tipología de los vegetales hallados y reflejan, en su mayoría, los hábitos alimenticios de los Chiribayas.
Las plantas cultivadas y utilizadas como alimento corresponden a 10 géneros botánicos, entre ellas hay el maíz ( Zea mays ) (Foto n°1 y 2) y 3 plantas frutales cultivadas: la guayaba (Psidium sp.), el pacae (Inga sp.) y la lúcuma (Pouteria sp.). (Foto n°3) Las familias botánicas identificadas son 18 en total, y pertenecen a 25 géneros: se trata de un buen número si se considera que estamos tratando sólo de plantas relacionadas a la sobrevivencia humana o asociadas a rituales funerarios. A pesar de la procedencia de relleno, no se han hallado, en las muestras examinadas, especies arbustivas o herbáceas que podrían ser un buen indicador de la existencia de pastizales para la crianza de camelidos en aquellos tiempos.

Fig. 1 Fig. 2 Fig. 3


Registro taxonómico de los vegetales hallados en Chiribaya Baja


FAMILIA GENERO ESPECIE NOMBRE POPULAR
Chenopodiaceae Chenopodium quinoa quinua
Cactaceae sp.
Leguminoseae Acacia macracantha faique - huarango
Leguminoseae Inga feuillei Pacae
Leguminoseae Pachyrrhizus sp. Jíquima
Leguminoseae Phaseolus lunatus Pallar
Leguminoseae Phaseolus vulgaris Frijol
Erythroxylaceae Erythroxylum novogranatense var. truxillense Coca
Euphorbiaceae Manihot esculenta Yuca
Anacardiaceae Schinus molle Molle
Malvaceae Gossypium sp. Algodón
Cucurbitaceae Cucúrbita sp. Zapallo
Cucurbitaceae Lagenaria siceraria Mate
Myrtaceae Psidium guajava Guayaba
Sapotaceae Pouteria lúcuma Lúcuma
Convolvulaceae Ipomoea batatas Camote
Solanaceae Capsicum. sp. Ají
Solanaceae Solanum sp. Papa
Compositae Solanum integrifolia Pájaro bobo
Bromeliaceae Tillandsia sp. Achupalla
Gramineae Gynerium sagittatum Caña brava
Gramineae Phragmites australis Carrizo
Gramineae Zea mays Maíz
Typhaceae Typha sp. Totora
Cyperaceae Scirpus sp. Junco
Cannaceae Canna edulis Achira

Vale la pena evidenciar la presencia del molle (Schinus molle). Sabemos que de sus pequeños frutos, como advierte Cieza de León, “se hace vino o brebaje muy bueno, y vinagre y miel harto buena” ( 1984: CXII: 380). Jeronimo de Vivar agrega que del molle “se hace un brebaje gustoso [...] y miel que queda a manera de arrope. La corteza de este árbol cocido con agua es buena para hinchazones de piernas” (de Vivar 1988: LXXXXIX: 230).

En la Discripción de la Tierra del Repartimiento de los Rucana Antamarcas (de Monzón,1881, TI:211) y en la Relación de Condesuyo y Chunbibilca (de Acuña, 1885, TII:19) hay distintas referencias etnohistóricas, en las que se afirma que las semillas del molle servían para hacer chicha y fármacos. Las hojas y las semillas eran fitofármacos buenos para enfermedades y heridas y también para teñir de amarillo los tejidos.

Relata Bernabé Cobo que la chicha de molle es más fuerte que la de maíz. Añade que la resina del molle servía para embalsamar y conservar los cuerpos de los reyes Inca y también para curar algunas enfermedades (Cobo,1891, IV:LXXVIII).

Con el tiempo, la importancia económica del molle no ha disminuido pues, incluso en el periodo colonial, se encuentra entre los productos agrícolas que los habitantes de los repartimientos de los Aymaraes y de Macha (provincia de los Charcas) pagaban al encomendero en la tasa ordenada por el licenciado Pedro de La Gasca. (Rostworowski,1993: 318, 325)

La costumbre de elaborar bebidas con el molle encuentra confirmación en las evidencias arqueológicas: distintos mates hallados de diverso tamaño contenían en su interior residuos de semillas de molle, deshechas y aglomeradas, cuya parte líquida se había evaporado dejando huella de sus presencia. (Foto n°4)

Las plantas cultivadas para uso utilitario son el mate (Lagenaria siceraria) que, además, proporciona utensilios domésticos y el algodón (Gossypium sp.) que ofrece fibra para tejidos y cordelería.

Entre las plantas utilitarias se sabe que el algodón tuvo un papel importante en el desarrollo socioeconómico de las sociedades prehispánicas de la costa. Sin embargo, en Chiribaya Baja se hallaron sólo algunas semillas y una cápsula, mientras que su fibra está presente en escasos cordeles y tejidos, que son confeccionados, en su mayoría, con lana de camelidos.

Las hojas de coca (Erythroxylum sp.) también aparecen con frecuencia como ofrenda fúnebre. (Foto n°5), a veces envueltas con su llipta,(Foto n°6). Su presencia revela no sólo la importancia como estimulante físico sino también como estimulante psicológico atribuible de la carga ritual que conlleva y, posiblemente, por su importancia económica dentro de la sociedad. En total se encontraron 607 gramos de hojas de coca entre el material estudiado. Las hojas presentan forma lanceoladas-ovaladas, miden de 3 a 4,3 cm. de largo y de l a1,2 cm. de ancho. Comparando las muestras con las de los estudios de Plowam (1982,1984) y de Rury&Plowam (1983) se puede opinar que pertenecen a la especie Novogranatense var. truxillense, muy probablemente cultivada por entonces en la costa.

Cultivos de coca a lo largo de la costa peruana son destacada en la documentación etnohistórica de M. Rostworowski (1989: 239–261).

Datos acerca de evidencias arqueológicas de la presencia de coca en los cercanos valles de Arica, han sido presentados por Sergio Erices (1975). Las muestras, que proceden, entre otros, de los cementerios de Azapa 6, Playa Miller 4 y Lluta 54 fueron posteriormente estudiadas y, luego, presentadas como resultado de la investigación biológica realizada por Molina, Torres, Belmonte y Santoro, los autores (1989:47) concluyen que las hojas de coca de los sitios Az.6 y Pl. Mil.4 “tienen características similares a la variedad Erythroxylum novogranatense var. novogranatense”, y la de Lluta 4 similar a la E. novogranatense var. truxillense. Variedades que Rury&Plowman (1983) clasifica como variedades de coca que soportan un ambiente ecológico árido.

La presencia, entre las ofrendas mortuorias, de semillas de quinua (Chenopodium quinua), (Foto n°7), típico producto agrícolas alto-andino, presume un intercambio con otros pisos ecológicos. Dicho intercambio puede ser enfatizado con el hallazgo de la papa, (Solanum sp.), que se encuentra deshidratada. Las muestras proceden de tumba y aunque sean pocos ejemplares hallados en Chiribaya Baja, es posible que integrara ofrenda más consistente.

Los hallazgos de papa y quinua pueden representar también una costumbre alimenticia de grupos étnicos del altiplano que, viviendo en una zona ecológica diferente, llevaban su alimento típico y más preciado.

El espécimen 13094, perteneciente al fardo 417, aparece como un curioso hallazgo: se trata de un manojo de ramitos de faique (Acacia macracantha) (Foto n°8) que aseguran exteriormente dos pancas de maíz amarradas, en las cuales dos pedazos de azufre sustituían a las corontas. Este manojo parece listo para ser quemado y producir el medicinal vapor del azufre.


Fig. 4 Fig. 5 Fig. 6
Fig. 7 Fig. 8
3) YARAL

El análisis del material botánico de Yaral ha permitido la identificación de vegetales asociados a un sitio funerario ubicado en el sector medio de la cuenca del río Osmore,1000 m.s.n.m. aproximadamente, donde el desarrollo de la agricultura se halla vinculado a los recursos hídricos. Esta perspectiva enriquece las posibilidades para la interpretación de los datos de este estudio, en el marco de una evaluación de la complementariedad económica.

Los restos botánicos proceden de las áreas excavadas, denominadas Cementerio 1 y Cementerio 2. Representan a 10 familias botánicas con 14 géneros.

Contextos funerarios Chiribaya
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